E n medio de la compleja situación de reactivación económica que vive el país se nos ha presentado una oportunidad única, no solo de crecimiento, sino también de desarrollo económico. En julio se confirmó el descubrimiento de 2.5 millones de toneladas de carbonato de litio en Puno, efectuado por la empresa Plateau Energy. Por su volumen, esta sería la quinta reserva más grande del mundo, sumándonos así a Australia, Chile, Bolivia y Argentina como principales abastecedores internacionales de este recurso. Esto diversificaría nuestras exportaciones, hecho crucial considerando la reducción sostenida del precio del cobre, producto de la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China.
Hoy, Argentina y Chile desarrollan proyectos para consolidarse como superpotencias del litio y expandirse en la cadena de valor de las baterías eléctricas. En el ámbito local, la discusión no debe centralizarse solo en las exportaciones, sino también en la creación de una industria sostenible capaz de desarrollar valor productivo. En paralelo, las inversiones extranjeras se deben direccionar a la especialización del talento local. Por ejemplo, una de las principales dificultades que enfrenta Argentina es la escasez de trabajadores calificados para la extracción de litio.
El Ministerio de Energía y Minas debe tomar la iniciativa y desarrollar una hoja de ruta que viabilice el desarrollo de productos finales y la incorporación de la electromovilidad en el país. Se debe iniciar con el establecimiento de comisiones que puedan regular el desarrollo de las operaciones, incentivar la participación de empresas nacionales e internacionales y generar contratos de largo plazo.
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