Entrevista al descubridor del Valle del Colca y el Valle de los Volcanes
Cuando se habla del valle del Colca y del valle de los Volcanes, aparece inmediatamente la imagen de Mauricio de Romaña Bustamante. Ingeniero agrónomo y operador turístico que, desde hace casi medio siglo, viene promocionando estos destinos turísticos con responsabilidad.
Hace unas semanas, recibió un homenaje a su trayectoria promovido por el parlamentario andino, Mario Zúñiga. Asistieron autoridades de la provincia de Caylloma y de Castilla. Todos aseguraron que, sin su aporte, el mundo no conocería ni un metro cuadrado del valle del Colca.
No obstante, de Romaña cuestionó a las autoridades. Manifestó que el turismo está relegado de la agenda política y que sólo se la recuerda, se la menciona, para acaparar votos en época electoral.
¿Cómo debería ser el desarrollo turístico planificado?
El turismo es el que genera más puestos de trabajo en el mundo. Por eso, muchos países lo tienen como la primera actividad económica. Sin embargo, en el Perú se ve como una cosa marginal. Como si surgiera solo, sin que nadie lo trabaje ni lo desarrolle. Se tiene que mejorar la infraestructura y la legislación. Construir vías de acceso e instalar atención médica. La actividad es altamente productiva, como depredativa.
Mamacocha, por ejemplo, en el valle de los Volcanes, es una maravilla desde el punto de vista paisajístico y también científico. No se puede promocionar este lugar con un bote como si fuera la laguna de Tingo. Actualmente se habla del geoparque del Colca y los Volcanes de Andagua. Pero esto no existe. Primero se tiene que conservar. Para conservar se tiene que tener legislación. Para tener legislación se tienen que especificar las sanciones. No hay nada de eso. Sólo es un slogan, una promoción fotográfica. Pero no hay control, estrategia y capacitación a las autoridades.
¿A qué se le denomina desarrollo sostenible?
El desarrollo sostenible tiene tres premisas. Primero, que genere un potencial económico. Segundo, que este potencial fluya hacia la población. Tercero, que no afecte la naturaleza ni la cultura.
A veces, las localidades que se abren al turismo cambian de actitud, mutan sus costumbres…
Totalmente de acuerdo. El turismo es muy bueno o es muy malo. Pero el hecho que pueda degradar o afectar la cultura local se controla. En el caso arquitectónico hay normas. No se puede construir con lo que llaman material noble ni colocar losetas de baño en las fachadas. La autoridad local tiene que hacer cumplir los reglamentos. Al mismo tiempo la población tiene que autoprotegerse.
EL VALLE DEL COLCA
¿Cómo descubrió el valle del Colca y lo dio a conocer?
Llegué al Colca en 1970. En esa época, era gerente de la Asociación de Criadores de Alpaca del Perú. Fui a la parte alta, a Callalli exactamente, para organizar a los criadores de alpaca. Fue mi primer contacto con el Colca y más en la parte alta que en la parte baja. Después, tuve la desagradable experiencia de la reforma agraria de Juan Velasco. Esta medida, lo primero que hizo, fue borrar del mapa a todos los ingenieros agrónomos. Yo soy ingeniero agrónomo. Éramos la lacra del Perú. Entonces, abrí una agencia de viajes en Arequipa. Era una sucursal de una agencia de Lima. Además de la actividad turística, invitaba a amigos fotógrafos, pintores, arqueólogos, geólogos y botánicos. Aprendí a recoger los grandes valores del Colca y con mis amigos publicamos un libro titulado Descubriendo el valle del Colca. En esas páginas está todo el bagaje de conocimientos que logramos capturar, fomentando así el turismo y dándole hincapié también a la protección.
EL VALLE DE LOS VOLCANES
¿Y fue así como llegó al Valle de los Volcanes?
En el valle de los Volcanes me sucedió lo mismo que en el Colca. Cuando empecé a conocerlo me di cuenta que es más importante de lo que creía. Su primera atracción es, obviamente, los volcanes, además de la flora y la fauna. Hicimos estudios con biólogos, botánicos, especialistas en aves, entre otros. Pudimos cubrir los puntos básicos y comprobamos su potencial. Yo llevaba a empresarios de Europa, de Estados Unidos, a agentes de viajes para mostrarles esto. Todos se quedaban fascinados. El último informe de hace unos meses es de un experto holandés que dice que el Valle de los Volcanes es uno de los atractivos que busca el mundo en este momento. Primero por ser auténtico, segundo por ser nuevo y tercero por la conservación de la naturaleza y la cultura. Espero que el Valle de los Volcanes no se politice como el Colca. Es un lugar que tenemos que proteger, cuidar, estudiar y enseñar. Ojalá no se convierta en la caja chica de los políticos para hacer proselitismo. Espero que no suceda.
Este valle cuenta también con una maravilla que es la laguna manantial Mamacocha. ¿Qué implica?
Mamacocha es un oasis como la Huacachina, en Ica. Está en medio de un desierto. Toda esa zona del distrito de Ayo, en la provincia de Castilla, que está ubicada en una de las márgenes del río Colca, es una zona desértica, pero con una vegetación especial, similar a la que existe en la costa peruana. Es un desierto lejos del mar que está a dos mil metros de altura. Es una rareza. Todo el valle de los Volcanes lo es. Tiene cierta similitud a las islas Galápagos, de Ecuador.
Esta zona volcánica también está lejos de la costa, a 700 kilómetros, donde se adaptaron una serie de animales a vivir en las condiciones que presentaban estas islas. Charles Darwin, que estuvo en Galápagos, empieza a desarrollar la teoría de la adaptación de las especies allí. Los animales que viven en esta zona geográfica son mansos. Uno se puede acercar a las tortugas y a las aves. No hay miedo. No hay predadores. Sólo se desarrollaron las especies capaces de adaptarse. Sucede algo similar en el valle de los Volcanes. Es una isla mediterránea en el continente. Hay una variedad amplia de cactus que no hay en otros sitios porque estas plantas se adaptaron a las erupciones volcánicas, a las cenizas, a las condiciones del agua.
¿Hay otras zonas como el valle de los Volcanes en el Perú?
En el Perú no, pero en el mundo sí. Hay varias zonas parecidas, pero ninguna como esta. Con 32 conos volcánicos apagados y más de 100 focos eruptivos. Las erupciones que vivió el valle sucedieron hace miles de años y fueron varias. Mientras que, ninguna zona volcánica del mundo, eso sí, cuenta con volcanes enanos.
¿Qué política se debe seguir para que haya turismo responsable?
La Organización de Gestión de Destino (OGD) del Valle de los Volcanes es una estrategia de desarrollo turístico que busca la autoconservación de los lugares. Esta OGD busca, además, involucrar a todas las asociaciones y personas que tienen que ver con el turismo.
Además, agencias de viaje, hostales, movilidades, restaurantes, etc… la actividad privada que se asocia con autoridades y genera toda la política de desarrollo. Lo que es cultura, leyes, capacitación y promoción. Es decir, un sistema de desarrollo, de conservación y de manejo en el área. Para que esto se dé, hemos propuesto hace muchos años la creación del parque nacional de los Volcanes. En 1970 ya se planteó esta iniciativa. Sin embargo, hasta ahora ninguna autoridad la oficializó.
Fuente; El Buho
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