El azabache, aunque muchos puedan pensar que es un mineral, en realidad es mucho más. Esta variedad del lignito es dura y negra, y alcanza un alto valor en el mercado. Se utiliza sobretodo en la artesanía, fabricando collares, anillos, pendientes u otros complementos de lujo. Hoy profundizaremos en las curiosidades que rodean al azabache y por qué es tan especial y único en el mundo.
Origen del azabache
Aunque ahora lo encontremos en forma de mineral, el azabache procede en realidad de los árboles. En esencia es madera quemada, siendo muy parecido al carbón. Pero los árboles de los que procede son de la época de los dinosaurios, hace ya más de 65 mil millones de años. Los restos quemados de estos árboles fueron sometidos a altas presiones para finalmente terminar originando el azabache.
Se ha encontrado en joyas egipcias, etruscas, romanas y vikingas. La pieza más antigua data de hace 19.000 años, y se encontró en Caldas (Oviedo). Actualmente, las minas más importantes se encuentran en España, Francia, Alemania, Turquía, Estados Unidos y Venezuela.
Propiedades del azabache, ¿cómo detectar las imitaciones?
El azabache cuenta desprende un brillo graso aterciopelado muy intenso al pulirlo. Su dureza es de 3,4 en la escala de Mohs, por lo que es bastante blanco. Cuando arde, desprende mucho humo de un olor fétido o bituminoso. Lo habitual, a la hora de falsificarlo, es utilizar obsidiana, una roca volcánica con una dureza mayor.
Es fácil de diferenciar tanto al peso como al tacto, ya que es muy ligero. Otra forma de probar si es azabache es rayar una hoja de papel, pues dejará una línea marrón en caso de ser original.
Éste no es el único mineral orgánico que existe, aunque sí de los pocos de color negro. Las perlas son el ejemplo más significativo, teniendo diferentes modelos según su formación y origen. Junto a ellas podemos sumar el coral o el ámbar.
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