Aunque en los últimos diez años se había logrado disminuir de forma constante el hambre en el mundo, el último informe de la ONU sobre seguridad alimentaria y nutrición alerta de un incremento del hambre provocado por los conflictos y el cambio climático.
La situación además resulta compleja puesto que se dan múltiples formas de malnutrición. Mientras unos 155 millones de niños menores de cinco años tienen una estatura demasiado baja para su edad y otros 52 millones tienen un peso demasiado bajo para su estatura; unos 41 millones de niños tienen sobrepeso. Además, la anemia en las mujeres y la obesidad adulta son también motivo de preocupación. Según señalan desde la ONU, “estas tendencias son consecuencia no sólo de los conflictos y el cambio climático, sino también de profundos cambios en los hábitos alimentarios y de las crisis económicas”.
El hambre en el mundo: agravada por los conflictos y el cambio climático
El documento apunta a los conflictos, cada vez más agravados por el cambio climático, como uno de los principales motivos del este repunte del hambre en el mundo y de diversas formas de malnutrición. Y es que los conflictos y la inestabilidad encarecen la alimentación de los más pobres.
“En la última década, el número de conflictos ha aumentado de forma dramática y se han vuelto más complejos e irresolubles por su naturaleza”, afirman los responsables de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos (WFP) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su prólogo conjunto al informe. Subrayan que algunas de las tasas más elevadas del mundo de niños con inseguridad alimentaria y malnutrición, se concentran ahora en zonas de conflicto.
“Esto ha hecho saltar alarmas que no podemos ignorar: no acabaremos con el hambre y todas las formas de malnutrición para 2030 a menos que abordemos todos los factores que socavan la seguridad alimentaria y la nutrición. Garantizar sociedades pacíficas e inclusivas es condición necesaria para ese objetivo”, aseguran los dirigentes de la ONU.
La hambruna golpeó diversas zonas de Sudán del Sur durante varios meses a principios de 2017, y existe un grave riesgo de que vuelva a producirse allí, así como de que aparezca en otros lugares afectados por conflictos, en especial el noreste de Nigeria, Somalia y Yemen.
Los expertos advierten que incluso en regiones que no sufren de tanta violencia, las sequías o inundaciones -ligadas en parte al fenómeno climático de El Niño-, así como la desaceleración económica mundial, han llevado también a undeterioro de la seguridad alimentaria y la nutrición.
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